Negocios sostenibles: no se trata solo de crecer…sino de hacerlo con propósito.
Por Melisa Galvano QuirogaConsultora independiente - Docente Universitaria
El mundo de los negocios se encuentra en un proceso de mutación atravesado por múltiples variables que demandan nuevas respuestas a necesidades que se instalan en el corazón de la agenda de cambios. En un mundo que atraviesa profundas transformaciones sociales, ambientales y económicas, la sostenibilidad dejó de ser una opción para convertirse en una necesidad estratégica. Los gustos y preferencias de los consumidores cada vez más se inclinan a buscar productos y servicios que muestren un compromiso empresarial.
¿Qué implica que un negocio sea sostenible?
Un negocio sostenible busca equilibrar tres pilares fundamentales: económico para asegurar la viabilidad y crecimiento financiero; social para contribuir al bienestar de las personas, tanto dentro como fuera de la organización y ambiental de cara a reducir el impacto ecológico, promoviendo el uso responsable de los recursos naturales en el presente para generaciones futuras. La responsabilidad empresarial apunta a un compromiso por mejorar la reputación corporativa al tiempo que atraen talento, reducen costos y aumentan su competitividad.
Entre las prácticas más destacadas se señala una agenda dinámica de diversidad e inclusión; programas de bienestar y formación para empleados; uso de energías renovables y reducción de emisiones de carbono; implementación de políticas de reciclaje y economía circular.; producción local o de kilómetro cero para minimizar huella de transporte; transparencia en la cadena de suministro, entre otros.
Sostenibilidad: una ventaja comparativa
El cambio de paradigma de los negocios se encuentra suscitado en gran parte por el rol de los consumidores, los inversores y las nuevas generaciones de profesionales que demandan empresas con propósito, que combinen el crecimiento económico con la responsabilidad ambiental y el impacto social positivo. Se destaca una gran valoración por las marcas con propósito y transparencia. En ese sentido, estudios muestran que más del 70% de los clientes prefieren comprar productos de empresas responsables. La sostenibilidad impulsa la innovación, promoviendo el desarrollo de nuevos materiales, energías limpias y procesos más eficientes. Este cambio no es solo ético, sino también económicamente inteligente. Según el World Economic Forum, las empresas con estrategias sostenibles tienden a ser más innovadoras, a gestionar mejor los riesgos y a tener mayores índices de fidelidad entre clientes y empleados.
Lejos de ser un costo adicional, la sostenibilidad se ha convertido en una ventaja competitiva. Las compañías que invierten en energías renovables, economía circular o prácticas laborales justas no solo reducen sus gastos operativos, sino que también fortalecen su reputación y su valor de marca.
En América Latina, cada vez más PyMES y grandes corporaciones incorporan criterios ESG (Environmental, Social & Governance) en sus estrategias. Este marco no solo permite medir el desempeño sostenible, sino que también facilita el acceso a financiamiento internacional, ya que los fondos de inversión priorizan empresas con políticas ambientales y sociales sólidas.
Innovación y tecnología al servicio del cambio
El avance tecnológico es un gran aliado de la sostenibilidad. La digitalización, la inteligencia artificial y el análisis de datos permiten optimizar procesos, reducir desperdicios y diseñar productos más eficientes. La agricultura regenerativa, las energías limpias, los materiales biodegradables o el diseño circular son ejemplos concretos de cómo la innovación puede generar impacto positivo sin sacrificar competitividad. Detrás de cada empresa sostenible hay líderes con visión, capaces de comprender que el éxito ya no se mide solo en cifras financieras.
Adoptar la sostenibilidad no es una moda ni una estrategia de marketing sino una decisión de supervivencia empresarial e incluso una forma de aportar valor agregado. Las compañías que comprendan esto a tiempo serán las que lideren la economía del futuro.
Desafíos y oportunidades para América Latina
América Latina posee una enorme oportunidad: sus recursos naturales, su talento humano y su capacidad emprendedora la posicionan como un actor clave en la transición hacia una economía verde. Sin embargo, los desafíos son importantes: falta de infraestructura, educación ambiental limitada y políticas públicas que todavía avanzan lentamente.
El sector privado puede ser un motor de cambio si se compromete a integrar la sostenibilidad como parte de su modelo de negocio y no como un agregado cosmético. La colaboración entre empresas, gobiernos y sociedad civil será fundamental para lograrlo.
Fuente: www.NetNews.com.ar
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