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PRODUCCIÓN 07.12.2017

Escenarios futuros: analizarlos para anticiparse al campo que viene

En los próximos 20 años, la agroindustria argentina se centrará en mejorar los sistemas de innovación para abastecer mercados que serán cada vez más exigentes.

 

Frente a un mundo con una población creciente y, cada vez, más demandante de alimentos, los especialistas ponderan el rol de la Argentina y lo destacan entre los países de mayor potencial en la producción agropecuaria. Es que entre las numerosas ventajas comparativas se destacan la diversidad de climas y suelos, como así también un capital humano específico y especializado aplicado al sector. Además, en el país se emplean innovaciones conservacionistas como la siembra directa, la biotecnología y nuevas tecnologías de información y agricultura de precisión que reducen el impacto ambiental.

 

Para Fernando Andrade –investigador del INTA Balcarce, Buenos Aires, y Conicet–, “es necesario realizar ajustes en la agricultura argentina para asegurar una producción sostenible, o sea aquella que permita satisfacer de manera continua y equitativa las crecientes necesidades de la población mundial”.

 

Por este motivo, aseguró que para proyectarse hacia 2030 “aún quedan cosas por resolver y mejorar en varios aspectos como el uso de plaguicidas, la deforestación y los monocultivos que resultan en contaminación, degradación de los suelos, pérdida de biodiversidad, excesos hídricos y emisiones de gases de efecto invernadero”.

 

Roberto Cittadini –técnico del INTA en Labintex, Francia– fue más allá y analizó: “El mundo es uno solo y la posibilidad de generar los cambios necesarios para hacerlo sustentable nos incumben a todos”.

 

En esta línea, detalló que “hoy, la sociedad le demanda al sector agroalimentario innovaciones para ampliar su producción y el valor agregado, al tiempo que pide un desarrollo equilibrado de los territorios, el cuidado del medioambiente, la producción de energía y los cambios en los regímenes alimentarios, entre otras cuestiones”.

 

Es que, de acuerdo con el especialista de Balcarce, “la Argentina tiene una gran responsabilidad en materia de seguridad alimentaria para los próximos 20 años, por ser uno de los países con mayor potencial para producir alimentos del mundo”.

 

“Debemos enfocar nuestra capacidad creativa e innovadora en adaptar, transferir y desarrollar tecnologías que resulten en mayores producciones con menos impacto ambiental”, subrayó el técnico.

 

En esta línea, resulta “imprescindible” generar conciencia y disociar producción y degradación ambiental. “Es necesario planificar los agroecosistemas para satisfacer las futuras demandas de productos agropecuarios, al tiempo que se reduce el impacto ambiental de la actividad. Esto nos va a asegurar la provisión de servicios ecosistémicos y beneficios socioeconómicos esenciales para la sociedad”, indicó Andrade.

 

Para esto –de acuerdo con Cittadini– se requiere un enfoque sistémico en el que la investigación, la recopilación de datos, el modelado y la creación de escenarios resultan “fundamentales” para abordar cuestiones como el cambio climático, la erosión de la biodiversidad y las enfermedades emergentes.

 

Con respecto al incremento de alimentos en el mundo, el técnico de Balcarce no dudó en confirmar que “la agricultura tiene una importancia estratégica en la economía argentina y la creciente demanda de productos agropecuarios constituye una gran oportunidad para el desarrollo equitativo de los territorios del país a través de la producción primaria y, principalmente, del agregado de valor y de la agroindustria”.

 

En este sentido, Eduardo Levy Yeyati –director del programa Argentina 2030– aseguró que “el agro es generador de crecimiento, de tecnología y de divisas”, al tiempo que especificó: “Todo esto lo convierte hoy en una de las columnas vertebrales del desarrollo del país.

 

 

Para ilustrar su explicación, se refirió al caso del Malbec: “Si bien se exporta un producto primario, cuenta con todo un desarrollo que lo reposiciona en mercados como el europeo de la mano de las manufacturas, los servicios, la instalación de marca, su distribución y hasta el diseño de etiqueta”.

 

Y concluyó: “La Argentina debería ser una potencia agropecuaria premium si quiere ser el supermercado del mundo, que son los que efectivamente generan más divisas por el mismo nivel de insumos y trabajo”.

 

Fuente: INTA

Fuente: www.NetNews.com.ar

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